Juan Abreu
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“Los ancianos, en definitiva, eran prescindibles. Igual que se castigaba cruelmente a los niños por faltas menores, los ancianos se veían sometidos a un régimen brutal de disciplina y sanciones, en el que a menudo colaboraba la familia. En el distrito de Liuyang (Hunan), un hombre de setenta y ocho años se quejó de tener que trabajar en la montaña. Lo arrestaron y ordenaron a su nuera que le pegara, al negarse, sufrió una paliza que la dejó cubierta de sangre. Luego le ordenaron que escupiera sobre el anciano, a quien también habían destrozado a golpes. El hombre murió poco después. (…) Las violaciones se extendieron por todas partes. Dos secretarios del Partido de una comuna de Wengcheng, al norte de Guangzhau, violaron a 34 mujeres en 1960. Se sabe que en el distrito de Hengshui (Hebei), tres secretarios del Partido y un vicegobernador de Distrito abusaban sexualmente de las mujeres de manera rutinaria. Uno de ellos tuvo relaciones con varias docenas. (…) Li Dengmin, Secretario de Partido de Qumo, violó a unas veinte mujeres, dos de ellas menores de edad. En Xiangtan, un cuadro del Partido formó un equipo especial de 10 chicas de las que abusaba a voluntad. (…) En una fábrica del distrito de Wugang (Hunan) los dirigentes locales obligaban a las mujeres a trabajar desnudas.”
¿Tres bofetadas?
