Juan Abreu
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No he dicho nada del libro de Léautaud que terminé hace semanas porque no he podido. Es un libro tan real que me ha dejado mudo. A mí. Las últimas doscientas páginas es lo mejor que he leído nunca. Los libros que al final no se levantan no se ponen de pie y miran con gran desprecio por encima del lector al lector no son grandes libros. Son trucos, artificios, alardes de la inteligencia, erudición, fatuidad a fin de cuentas. Lo que me lleva a la llamada no-ficción y a Carrère. Juntando todos los libros de Carrère, por mencionar a un solo farsante, no se logra siquiera rozar la realidad y la verdad y la ausencia de ficción que uno encuentra en una página de Léautaud.
El próximo viaje a París será un homenaje a Léautaud visitaré su barrio sus calles la casa donde vivió su tumba en esta vida hay que ser agradecido.
