Juan Abreu
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Un grupo de intelectuales españoles publica un documento sobre lo de ETA, cómo debe ser su fin, cómo ese fin no ha de convertirse en otro triunfo de ETA. Muy bien. Pero. Se echa en falta la palabra complicidad, si se deja al margen la complicidad de los vascos con ETA (con su racista objetivo antiespañol), se ignora una parte fundamental de la realidad vasca (sea eso lo que sea).
Y otra cosa. No hay por qué separar el nacionalismo vasco y sus fines de ETA y sus fines. Los dos pretendían y pretenden lo mismo y si lo consiguen el triunfo es de ambos. ETA es un fragmento pequeño (el fragmento épico) del gran cuerpo narrativo del nacionalismo vasco. Y ese cuerpo narrativo tiene como objetivo la desespañolización del País Vasco. ¿Ha sido derrotada la desespañolización del País Vasco? ¿No? Pues entonces no deberíamos hablar de la derrota de ETA. Es como decir que Sabino Arana ha sido derrotado ¡pero si el partido de Sabino Arana gobierna el País Vasco! El triunfo de Sabino Arana es también un triunfo criminal (no hace falta que su partido mate a bombazos o a tiros, sus ideas y su concepción del mundo es criminal). Mientras la desespañolización del País Vasco (así Cataluña) siga avanzando triunfante, decir que ETA ha sido derrotada es sólo un hermoso deseo que todos los españoles decentes querrían que fuese realidad.
Pero no lo es.
