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Y hay un momento sublime les advierto porque hay definitivamente un momento en que me abandono a la infancia. Soy y seré hasta la muerte peterpanesco recuérdenlo ya un hombre mayor ya casi viejo y sin embargo en la infancia siempre en la infancia buscándola: la madurez es el umbral de la putrefacción. Comienza cuando me toca el anestesista. Entonces me dejo ir de ese dejarse ir de la madre viva saben ustedes ese dejarse ir que es la seguridad total y que es estar a salvo de una manera imposible.

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© Juan Abreu, 2006-2019