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Estoy leyendo una biografía bastante buena de Rothko un pintor grande y sombrío pero que decía tonterías mayúsculas como esta refiriéndose al famoso proyecto del restaurante Four Seasons en el edifico Seagram al que finalmente renunció: “Quien coma ese tipo de comida por ese tipo de precios nunca mirará una de mis pinturas”. Como si un pintor pudiera controlar quién mira sus pinturas y como si la gente que le compraba a Rothko los cuadros fueran los pobres que sólo podían permitirse comer comida barata. Ser un gran pintor no exime de decir gilipolleces como se puede ver.

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© Juan Abreu, 2006-2019