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Regreso de NY y hay disturbios en el barrio de Gràcia. Yo antes iba a Gràcia bastante, al cine Verdi, pero dejé de ir porque el barrio se ha convertido en un meadero gigantesco gracias a los okupas y a los movimientos anticapitalistas y antihigiénicos que han hecho de ese barrio su cuartel general. Llevan los okupas anticapitalistas y antihigiénicos varias noches quemando y destruyendo porque los quieren desalojar de una propiedad privada que han invadido. Yo siempre he pensado que el movimiento okupa y antisistema es un movimiento básicamente antihigiénico. Lo de no ducharse tira mucho parece. Y ya apestosos les da por el botellón, (borracheras colectivas que son muy populares en España), y por el porro (que aquí es muy guay no en balde España está entre los primeros países consumidores de drogas del mundo) y por el antisemitismo, que tratándose de jóvenes progres españoles, nunca falta. Y por farfullar en una jerga ininteligible. Tío tío tío es lo único que uno acierta a comprender.

Lo interesante, sin embargo, de este enfrentamiento entre las fuerzas del orden y la higiene y los antihigiénicos guevaristas, es que nos enteramos de que los antihigiénicos guevaristas viven en propiedad ajena invadida a costa del ayuntamiento de Barcelona, que se encarga graciosamente de pagarles alquiler y gastos derivados de la invasión de propiedad ajena. Se puede decir cualquier cosa de estos antihigiénicos guevaristas y anticapitalistas pero haber conseguido que los mantenga el enemigo tiene su mérito, ¿no?

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© Juan Abreu, 2006-2019