Juan Abreu
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Pongo la tele y un grupo de periodistas hablando del atentado en Bruselas. Todos, a una, negando la evidencia, que es un crimen religioso, un crimen religioso repito, perpetrado por musulmanes en nombre de Alá, dios musulmán. Que los asesinos, da igual si han venido de Siria hace dos días o si nacieron en Bélgica, primero son musulmanes y por eso asesinan europeos porque son primero musulmanes. ¿Es tan difícil ver esta evidencia? Bueno, pues ahí están todos estos periodistas cultos y estudiados no sólo ciegos ante lo evidente sino además tratando de demostrar que la religión no tiene nada que ver y advirtiendo contra la islamofobia. Es una forma de suicidio elegante y muy europea, no digo que no, pero sigue siendo suicidio. ¡No hay que culpar a la Religión!, lloriquean estos periodistas y este es el lloriqueo que se oye por todas partes. ¿Y a quién hay que culpar? ¿A la filosofía romántica, a los cultos paganos? ¡Por supuesto que hay que culpar a la Religión!
Y luego están los que sacan enseguida el cartelito de que la mayoría de las víctimas de estos religiosos son otros musulmanes. Sí, bien, y qué. Viven en países musulmanes mayoritariamente los religiosos extremistas asesinos ¿de dónde quieren que sean la mayoría de sus víctimas, de Australia, de China?
