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Viernes, 28 de junio de 2019

Es muy importante en una guerra saber quién es el enemigo. En España aunque parezca increíble se libra en estos tiempos una guerra (no se dejen engañar con lo de los conflictos y los procesos y los derechos históricos) pero no se identifica bien al enemigo. Lo haré yo, qué remedio. El enemigo son las lengüitas regionales sacralizadas y las legiones de parásitos adheridos e esas lengüitas sacralizadas. En las lengüitas sacralizadas se aposenta y medra lo tribal y prospera el pensamiento rural. Las lengüitas regionales sacralizadas son el enemigo, sin lengüitas regionales sacralizadas no queda nada del nacional-golpismo-racismo-catalán-vasco etcétera. ¿Qué hacer? Hay que españolizar. El único idioma grande y común de España es el único no sacralizado ¡albricias! Hay que hacer regresar las lengüitas sacralizadas a su dimensión folclórica y limpiarles la baba religiosa. La cantidad de personas que las usan es ridícula comparadas con la lengua común el español y además carecen de una gran cultura no hay gran cultura catalana ni vasca ni gallega etcétera sólo unas pequeñas culturas (seamos generosos) al amparo de la gran cultura española. Y aclaro que cuando hablo de lengüitas sacralizadas me siento tentado a excluir el vasco porque el vasco más que una lengüita es un entrechocar de piedras.

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© Juan Abreu, 2006-2019