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Jueves, 11 de abril de 2019

Soy un libertario a lo Paglia (aunque más cientificista) y creo que el Estado mientras menos se meta en nuestras vidas, mejor. Como bien dice Sofsky: “Todo poder pretende ampliar su zona de dominio. Intenta adueñarse hasta del último nicho libre. Consigue solidez y fortaleza cuando seca las fuentes del sentimiento de oposición y los hombres se transforman en amables vecinos y súbditos dóciles”. Les endilgo esto por lo del hombre que ha ayudado a morir a la mujer amada. Que tuviera que filmar todo ese trámite tan personal y tan amoroso para protegerse es ya una vergüenza y nos señala con la mayor claridad cómo prospera la falta de libertad en España gracias a la guerra femiroja contra lo masculino y contra los hombres y gracias a la bárbaras, estúpidas, fascistas y chochotaradas políticas de género. Han llevado al noble hombre (hacer lo que hizo requiere una gran entereza moral que no abunda) a juicio y no sólo a juicio sino a un tribunal de violencia de género. Lo que le pase allí a merced tal vez de cerebros chochotarados o simplemente cobardes es lo de menos. Lo terrible es el panorama judicial español nauseabundo y cada día que pasa más enemigo de la libertad individual, la única que existe.

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© Juan Abreu, 2006-2019