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Sábado, 15 de diciembre de 2018

Estoy en la verdulería con la verdulera guapa y hay un hombre que le habla en español (ellos dicen castellano) y todo va bien hasta que llega una mujer (supongo que la mujer) que le dice al hombre háblale en catalán y el hombre, dócil (la mujer desde el principio de los tiempos ha controlado y mandado a niveles íntimos y familiares como se sabe, me tienen hasta los huevos con lo de la debilidad femenina), murmura algo ininteligible. Podría haberle contestado el hombre hablo el idioma que me de la gana pero no lo hace, no se atreve. Yo mientras tanto, como imaginarán, rogando que la mujer me diga que le hable en catalán a mi verdulera guapa. Pero no hay suerte. Y cuando se van la verdulera guapa que es muy inteligente y venezolana me dice estos no saben lo que tienen no saben dónde se están metiendo, están esperando el primer muerto, no saben lo que tienen, a nosotros nos van a venir con esos cuentos… a nosotros.

Eso. A nosotros. A nosotros que venimos de ese futuro luminoso que ustedes persiguen tan ciega y afanosamente, gilipollas.

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© Juan Abreu, 2006-2019