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Jueves, 18 de octubre de 2018

Ya he vivido este ambiente de populacho sacralizado que empieza a apestar en España. Ya he vivido el ascenso de la estupidez y el desprestigio no sólo de la verdad sino de la realidad en nombre de una afrenta ficticia y legendaria. Ya he vivido en un lugar donde lo real es suplantado por una demagogia con paraíso adjunto, y el uso de la razón es demonizado. Ya he vivido la criminalización de lo individual y la tribalización de lo colectivo. Ya he vivido el sacrifico de la vida a un obligatorio bien superior. Ya he vivido la ridiculización de la inteligencia y el buen gusto, y la exaltación de la fealdad. Ya he vivido la relativización de la violencia y la transformación de la violencia en razón moral. El Puño del Pueblo, el Brazo del Pueblo, la Ira del Pueblo, las Calles del Pueblo. Ya he vivido la destrucción de los poderes legislativos y jurídicos. Ya he vivido la sumisión voluntaria de las clases bienpensantes. Ya he vivido la sublimación de la vulgaridad y el lavado de cerebro en las escuelas y la infame conversión del individuo en hermano o compañero.

Vengo del futuro luminoso y conozco de primera mano su horror.

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© Juan Abreu, 2006-2019