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Viernes, 20 de julio de 2018

Me manda mi querida Zoé Valdés sus dos últimos libros un poemario escrito entre los doce y los quince años y una novela La salvaje inocencia (o la inocente pornógrafa). Siempre he admirado a Zoé por su talento literario pero además y no con menor intensidad me ha gustado por su gran hembracidad. Bueno. Es de esas mujeres que yo me empezaría a comer un lunes por los dedos de los pies y el viernes aún no habría llegado a la cabeza. Acompañaba los libros una cariñosa postal de Zoé escrita con la hermosa clara voluptuosa y abierta letra de Zoé. Y en la postal una mujer de Courbet que emerge de las olas y cruza los brazos sobre la melena roja y vemos sus portentosas tetas jóvenes e hinchadas hender el aire nadie pintaba tetas como Courbet. En los próximos días ay entre imaginar a Zoé con quince años y leer sus aventuras de adulta pornógrafa no sé qué será de mí.

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