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16 de septiembre de 2017

Releo al Maestro lo hago con frecuencia. Ya a mí los únicos escritores que me interesan y de los que aprendo son los que viven y han vivido a la contra. Lo único que vale la pena escribir es lo que nadie escribe. Lo único que vale la pena decir es lo que nadie se atreve a decir. La mayoría de esos escritores ya están muertos, cada día que pasa hay menos escritores así. Todo se domestica y se amansa.

Los integrantes del grupo la manada los sumisos en fin no me interesan y nunca me han interesado. Un hombre solo de pie hasta el final, firme (con miedo, naturalmente), pero firme sin ceder un milímetro a la turba o al sentimentalismo o a la estupidez o a la mamalonería general es lo que me interesa. Un hombre a la contra es un espectáculo de gran belleza casi la única belleza que me interesa porque la belleza ha de ser desafiante para ser.

Y ahora lo que me apetece naturalmente es poner aquí esta carta del Maestro:

Estimado doctor Temnitschka: Desde hace más de diez años no acepto premios ni títulos y, como es natural, tampoco aceptaré su ridículo título de catedrático. La asamblea de escritores de Graz es una reunión de imbéciles sin talento. Saludos cordiales,

Thomas Bernhard.

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