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13 de septiembre de 2017

Tengo amigos muy inteligentes que dicen que no me preocupe, que al final el pusilánime Rajoy hará algo. Que no le queda otro remedio. Y seguro tienen razón. Pero. En cualquier caso, Rajoy no hará, ay, lo único que importa, lo único que verdaderamente hay que hacer: iniciar la construcción de una España de ciudadanos libres e iguales. No veo a Rajoy (cuatro años de somnolienta mayoría absoluta lo definen) capaz de acometer la tarea de hacer de España un país de ciudadanos libres e iguales. La tarea de acabar con la España de ciudadanos de primera (catalanes y vascos) y ciudadanos de segunda, el resto de los españoles. Esa España temerosa y perennemente amenazada y dividida y chantajeada por los nacionalistas vascos y catalanes, debe acabar. Todo lo demás es cháchara.

Por eso, en lo que respecta a la actual crisis catalana, todo el que hable de la necesidad de un “nuevo encaje” para Cataluña, todo el que hable de “nacionalidad catalana”, todo el que hable de “ciudadanos catalanes” todo el que hable de “nación de naciones”, todo el que pida más competencias para Cataluña, todo el que exija más dinero para Cataluña, todo el que hable de buscar “terreno común” con los nacionalistas, todo el que no reclame la derrota total de los sediciosos catalanes: ese es el enemigo de los españoles y el enemigo de los ciudadanos españoles libres e iguales y es el enemigo de la democracia española y el enemigo de España.

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