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24 de agosto de 2017

Con lo de la matanza en La Rambla a cargo de los religiosos musulmanes y del islam me entero de que la Generalitat desde 2003 desarrolló una política anti sudaca y de brazos abiertos para los marroquíes y musulmanes. No a los sudacas, sí a los marroquíes y musulmanes. Y todo porque los sudacas (nosotros) hablamos español. No saben cuánto me ha dolido eso. Yo que siempre he tratado de ser un buen sudaca y portarme bien y cumplir con las leyes del país en que vivo porque es lo correcto pero además porque, como nacido en la isla pavorosa, me considero español. Con su poquito de negro es verdad, pero español. Y ahora me entero de esto. Cualquier sudaca como yo tiene más en común con los españoles y con los catalanes (que no son más que españoles con una jerigonza extra) que con un marroquí. ¿No? Dicen que fue un Ángel Colom (y sus jefes, colijo) quien dispuso la política de brazos abiertos para los marroquíes y musulmanes y de brazos cerrados para los sudacas. Los sudacas no matamos infieles ni ponemos bombas o atropellamos a inocentes ni acuchillamos a viandantes mientras chillamos imbecilidades sobre la grandeza de algún Dios. ¿No? Así que eso de que discriminen a los sudacas en Cataluña en beneficio de los marroquíes y de los musulmanes me ha dolido mucho, la verdad. Los sudacas hemos sido buenos para Cataluña. ¿No? Tal vez alguien nos deba a los sudacas una explicación. Una explicación. A nosotros los sudacas, y a los familiares de los muertos en La Rambla, sobre todo. Porque sin esa política habría muchísimas menos posibilidades de que estuvieran muertos. ¿No?

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