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15 de junio de 2017

Kertész: No hace mucho seguí por televisión una penosa tertulia y me enteré de lo que piensa la élite intelectual. Sloterdijk, Peymann, Safranski y un alemán nacionalizado estadounidense hablaban sobre la situación mundial, sobre el estado del mundo, en primer lugar sobre lo ocurrido en Afganistán, sobre el “imperio” americano, al que comparaban con Roma. Sobre todo Peymann llamaba la atención por su descaro y su ignorancia. Vamos a ver: ¿en qué se parecen Roma y Estados Unidos? ¿Y de qué Roma se está hablando? ¿De la de Julio César? ¿De la de Constantino? En el curso de la conversación acusó de la forma más descarada a Estados Unidos de lo ocurrido, y también, como no podía ser de otra manera, a Israel. La arrogante sonrisa, la arrogante sonrisa de la cultura europea frente a la brutal América; oh, Alemania, que ha recuperado su superioridad moral. Qué bonito es todo esto. Veo claramente que el trabajo interrumpido de Hitler será acabado con la ayuda de los europeos: exterminarán a los judíos, y luego no habrá piedad, no habrá escapatoria. Como si el hilo conductor de la historia pasara por más y más estaciones hasta llegar a su gran meta: el exterminio de los judíos.

Leo esto tan cierto y tan acertado y tan intelectualidad española también y comprendo mejor por qué me alegro tanto cuando me entero de que Israel ha adquirido un nuevo submarino lleno de misiles nucleares. Ahora ya no será tan fácil aniquilarlos y como a los intelectuales europeos si les quitan el after shave de Chanel se desmayan tal vez tengan hasta que renunciar a su corazoncito nazi.

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