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Ceno con un amigo cubano (de los años de Miami) en Barcelona y terminamos hablando de Trump. También encuentra inexplicable mi amigo que los cubanos de Miami y de todas partes (creo) apoyen al Subnormal Anaranjado. Un hombre, es obvio, necesitado de tratamiento psiquiátrico. Estamos perplejos. Comparto con él mi tesis sobre el racismo de los cubanos, que odiaban y odian a Obama por negro (se muestra de acuerdo), y también comparto con él mi idea de que los cubanos adoran a los caudillos sin cerebro pero con grandes cojones (verbales) y eso explicaría en parte la adoración que tienen por el Subnormal Anaranjado.

Cenamos en un lugar muy agradable y un vino navarro y buñuelos de bacalao y como vivió unos años en Barcelona mi amigo, se interesa también por la situación catalana. A él como a mí le parece inexplicable que los españoles que viven en su país maravilloso España no hagan más que querer destruir el país que han construido con tanto esfuerzo. Las tribus españolas acabarán por destruir España, digo. Pero. Por qué. Esa es la pregunta para la que no tenemos respuesta. Entonces le hablo de mi teoría sobre la pulsión suicida de los habitantes de un país, así la República de Cuba, señalo, por qué se suicidó ¿por qué se autodestruyó una sociedad con magníficas perspectivas de progreso y civilización? Pregunto esto y nos quedamos en silencio apabullados al constatar el gran papel de la estupidez y la irresponsabilidad humana en la Historia humana.

(También analizamos, él es un periodista a la americana muy experimentado, la posibilidad de que los principales movimientos populistas españoles sean creación de la dictadura cubana y hayan sido inoculados en la realidad española vía Venezuela. Y llegamos a la conclusión de que es bastante posible).

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