Juan Abreu
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Naturalmente a los que prohibieron los toros en Cataluña le importan muy poco los toros, el asunto era prohibir un espectáculo español en la provincia catalana. Ahora el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL ha dicho que no pueden prohibir los toros en la provincia catalana, que no tienen competencia, sólo España la tiene, como debe ser, sobre asuntos que atañen a los españoles. Las provincias en España se creen países, estados y hasta planetas y galaxias pero, son provincias, y nada más. Así que ahora los toreros podrán hacer su trabajo en Cataluña, de lo que me alegro, e imagino que habrá que indemnizarlos porque han perdido mucho dinero a causa de una prohibición ilegal de autoridades provinciales catalanas.
Por otro lado, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (y sus fidelistas anexos en la Generalitat) ha proclamado enseguida que da igual lo que diga el TC, que ella hará lo que le salga de sus fidelistas entretelas, faltaría más. ¿Hay que cumplir lo que estipule el TC o no? Me pregunto. Si no, deberían desmantelar el TC ¿para qué coño sirve si sus dictámenes los cumple quien le de la gana? Y si, por el contrario, hay que cumplir lo que dice el TC, y la señora alcaldesa no lo hace, deberían meterla en la cárcel, creo.
Es muy grave que lo que dictamine el TC de un país no se respete porque, básicamente, significa que ese país no es en verdad un país. Es una especie de bollo de perra donde cada uno hace lo que le da la gana.
