Estampas

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Miércoles, 17 de abril de 2024

Hoy ha sido un día lento, amarillo en el centro y violeta en los chaflanes y la periferia. Terminé de escribir el artículo de mañana para Vozpópuli. Salió de corrido y me hizo rememorar un viaje a la frontera entre India y Pakistán. Al rato salí, me pareció lo más apropiado después de recordar aquello, y compré el mejor jamón de mundo (Joselito) y comida japonesa y cervezas Sapporo. Hacía mucho tiempo que no encontraba las Sapporo de 650 ml, tan bellas.

Tal vez, ahora que lo pienso, en una época en que los “artistas” han convertido el arte en una payasada conceptual, el objeto artístico haya encontrado refugio en el mundo industrial. Estoy convencido de que el envase de estas Sapporo pertenece al mundo del arte con mayor merecimiento que la montaña de bazofia que produce infatigable la legión de farsantes dedicados al arte conceptual.

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Martes, 16 de abril de 2024

Estoy leyendo Violencia roja antes de la Guerra Civil, el libro de Sergio Campos y José Antonio Martín Otín sobre las checas madrileñas y especialmente sobre la primera checa de la República. Y resulta obvio, hasta donde voy, que gran parte de lo que se lee, escucha y enseña en España sobre la etapa previa al golpe de estado de 1936, son invenciones, pensamiento grupal izquierdista enquistado, mentiras descaradas y propaganda comunista. Un libro fundamental para tener una idea clara y documentada acerca de la España republicana y sus huestes de torturadores y asesinos.

Franco encarceló, torturó y mató mucho, pero mientras más sé acerca de ese período de la historia española, más convencido estoy de que si llegan a ganar la guerra los comunistas todo hubiera sido mucho peor.

Mucho peor.

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Lunes, 15 de abril de 2024

Mientras desayuno, veo un reportaje sobre el barrio del Raval. Hace años yo iba al Raval a visitar a mi amigo Víctor y ya era un basurero descomunal, pero un oasis de civilidad, limpieza y compostura comparado con lo que es hoy: un descomunal narcopiso. En el reportaje, drogatas desplomados en las aceras o meando a la vista de todos entre un mar vómitos y jeringas usadas.

La cultura de la democracia española, eminentemente de izquierdas, ha sido una cultura fumeta y drogata. La izquierda, lo mismo que otorgó dignidad a algo tan siniestro como la pobreza, se la ha otorgado a la drogadicción.

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Domingo, 14 de abril de 2024

Un señor de 81 años, José Manuel Lomas, librero jubilado, ha sido encontrado culpable de homicidio por disparar contra un delincuente (45 antecedentes penales) que entró en su finca a robar. No era la primera vez. El señor Lomas, un ciudadano respetuoso de la justicia, se sintió amenazado por la presencia del ladrón. Con razón, a mi modo de ver. Los asaltos a la propiedad del señor Lomas eran frecuentes. Pero. El anciano había llamado a la policía y denunciado las tropelías del ladrón más de cuarenta veces, sin resultado. La policía ni se molestaba en acudir a sus llamadas. Es comprensible, en cierta medida. La policía sabe que a estos delincuentes nunca les pasa nada, que la ley española los protege.

Como avanzamos hacia el castrochavismo a grandes pasos, la propiedad privada en España ya no es un santuario y la delincuencia ha adquirido un rango ideológico. El delincuente es siempre la víctima. Y una víctima cara; amén de querer meter en la cárcel al agraviado José Lomas, por defender su propiedad y su vida, se le exigen 230.000 euros de indemnización para la familia del delincuente.

Este caso deja claro, si hiciese falta, que en España si entran en tu propiedad a robar lo mejor es que no te defiendas. Ni siquiera si te apalean a ti y a tu mujer (sucede con frecuencia). Lo mejor es poner las cosas fáciles a los delincuentes. Yo incluso aconsejo que tu mujer, tu hija (si tiene ya edad para ello) o tú mismo, le haga una mamada al ladrón. Cualquier cosa antes de que se ofenda. La cuestión es que el delincuente, siempre víctima, salga de tu propiedad no sólo con un buen botín, también satisfecho y de buen humor.

Si no, ya sabes que tendrás que vértelas con la justicia española.

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Sábado, 13 de abril de 2024

En cuanto me puse a hacer ejercicios mis músculos recordaron los tiempos en que levantaban pesas (latas rellenas de cemento) con nuestros amigos forzudos, en la isla pavorosa. Ya lo he contado en otra parte. Sé que todo es cosa del cerebro pero la impresión de que los músculos recuerdan es abrumadora. Lo último que supimos de nuestros amigos forzudos fue que los habían mandado a un campo de trabajo forzado. O a la zafra. Que viene a ser lo mismo. Nuestros amigos forzudos no guardaban la cautela debida a la hora de criticar la dictadura (léase Revolución) y alguien los denunció, con toda seguridad. Cuba es un país donde hay como mínimo 100 chivatos por metro cuadrado. Es una falsedad muy difundida que el deporte nacional de la isla pavorosa es el béisbol, o pelota que dicen allá, pero todos los que tenemos la desgracia de haber nacido en ese estercolero sabemos que el deporte nacional es la chivatería.


Cinismo y amnesia

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Viernes, 12 de abril de 2024

Qué día luminoso. Pero. Voy al médico porque sospechaba que habían regresado las hemorroides, de las que me operé hace años. Y. Efectivamente. Han regresado. Y este regreso la Naturaleza, cómplice burlón de todos los espantos, lo instala en un día singularmente hermoso. Como diciéndome sí, muy bonito, pero no olvides lo que eres.

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Jueves, 11 de abril de 2024

Hoy fui a hacerme las nuevas gafas. Dice el oftalmólogo que todo va de la mejor manera. Veo mejor en general y con las nuevas gafas mis ojitos verdes recuperarán su esplendor. Espero. Me atendió una chica joven bonita nada extraordinario pero muy agradable. Me probé como veinte armaduras y en cierto momento la chica hizo un comentario acerca de mis ojos claros, eso dijo, ojos claros. El Beni comenzó a pasarle la lengua por las piernas y ella reía y lo acariciaba y le hablaba con una voz dulce y pensé, quién fuera perro. Últimamente lo pienso mucho. De alguna forma me alejo de la alimaña humana cada vez más. Hoy también comencé a hacer ejercicios, me he descuidado y cada día que pasa me parezco más a la ballena que solía venir a la piscina del vecino. Pero sin su encanto ni su misterio.

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Miércoles, 10 de abril de 2024

Lo de los emigrantes de países subdesarrollados o atrasados lo dije ayer porque cuando vine de la isla pavorosa estuve un tiempo muy dado a la pornografía e iba a esos locales donde echas una moneda para ver orgías y maravillas así, sobre todo en NY, y me hacía pajas como el que más. Es probable que a ellos les esté sucediendo lo mismo.

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Martes, 9 de abril de 2014

En París comimos bastante bien (teniendo en cuenta que estábamos en Francia). En Barcelona se come mejor y en Madrid también, me atrevo a decir, aunque mis experiencias culinarias en la capital son pocas. Téngase en cuenta que tal vez mi opinión no sea objetiva. Recuerden que para mí a la grandeur francesa y al esperpento pomposo sólo los separa una fina línea. Nos quedamos muy cerca del Moulin Rouge, un barrio agradable aunque la recogida de basura deja mucho que desear. Y todo aquello lleno de sexshops yo creía que esa época ya había pasado. Tal vez ese florecimiento se deba a la emigración de países subdesarrollados. Visitamos un hotel que había sido un burdel o eso dicen un sitio cálido, rojo, de mullidas alfombras muebles estilo lupanar de lujo y cortinas de terciopelo, o eso me pareció. Y allí hallé un trono y me senté como un emperador y añoré los días en que mi primer cerebro imperaba y regía y ordenaba y hacía y yo (sea eso lo que sea) no era más que su siervo y fiel complemento.

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Lunes, 8 de abril de 2024

Pronto publicaré un libro que agrupará dos historias de amor. Dos historias de amor que a muchos lectores, aunque espero que a la mayoría sí, no le parecerán historias de amor. Demasiado sexo demasiada irreverencia demasiado lenguaje recto demasiada libertad. Estoy releyendo las dos historias de amor y hay poco que enmendar las historias fluyen erectas y hasta donde voy han pasado lo que para mí es la prueba máxima de que una historia de amor funciona, es decir se me ponga morcillona y tenga que hacer un alto en la lectura para que la cosa no vaya a mayores, nunca mejor dicho.

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