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Lunes, 23 de septiembre de 2019

Vuelven las reuniones y esta vez filmadas entre familias de los asesinados y los asesinos. Todo de lo más asqueroso. Y la novela de Aramburo como epicentro del ultraje. Ni siquiera pienso que Aramburo se propuso lo que ha conseguido su novela: sentimentalizar el tiro en la nuca y el bombazo. Yo mismo escribí una novela y me salió anticapitalista siendo un devoto un fan absoluto un defensor feroz del capitalismo. Pero. A veces las obras nos traicionan. La novela de Aramburo piense Aramburu lo que piense es la muy necesaria pieza que faltaba al plan de blanqueamiento de lo etarra y de la versión romántica y catolicona del cráneo destrozado y las tripas expuestas. La novela otorga una cuartada intelectual a la operación blanqueo. Nada interesa más a los asesinos etarras y sus compinches PNV excétera y a los racistas antiespañolas vascos que novelizar ¡y telenovelizar! la matanza, Patria. Es decir, empaquetarla para regalo. En el crimen tribal novelizado de Aramburu la sangre no mancha y los cráneos reventados son invisibles (¡los borra oportunamente la tan vasca lluvia vasca!) y siempre hay una alegoría o un montón de mierda emotiva que humanice el destripamiento.

La sentimentalización de la realidad y el imperio del pensamiento we are the world we are the childen son requisitos indispensables para que triunfen la injusticia y el mal.

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© Juan Abreu, 2006-2019