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Lunes, 9 de septiembre de 2019

Hay una generación de intelectuales cubanos (exagero) nacidos con la Revolución o educados en la cloaca revolucionaria cuyos cerebros están colonizados por la Revolución de la manera, por poner un ejemplo, en que el cerebro del pintor Novoa está colonizado por los soviéticos. A ver, lo diré otra vez. La llamada Revolución fue innecesaria, la República a pesar de sus defectos y latrocinios y crímenes, siempre menores comparados con los cometidos por la llamada Revolución, tenía recursos económicos, cívicos y morales para salir adelante. Lo digo porque me entero de un nuevo libro de Abilio Estévez, conocido escritor lírico-costumbrista cubano, que trata de los horrores de la dictadura de Gerardo Machado. Coño. Me digo. Retroceder tanto cuando tiene Estévez sesenta años de horrores castristas y de dictadura castrista (que, dicen, le pateó el culo al mismísimo Estévez por homosexual), ante sus narices. Pero. No. Machado. ¡El asno con garras! Siempre he pensado que lo que caracteriza a los escritores cubanos de la Revolución (algunos emigrantes o exiliados o lo que sean) es la cobardía el oportunismo el servilismo el engolamiento la tabarra filosófica ininteligible la fatuidad tribal la cagarruta lírica la mezquindad el pensamiento conga el culipandeo como ética y el esbirrismo sentimental, pero ahora compruebo que la colonización cerebral castrista también los define.

Y ahora por favor que no me salga nadie con lo de la Patria a tomar por culo la Patria.

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© Juan Abreu, 2006-2019