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Jueves, 24 de enero de 2019

Dicen que los de PODEMOS han fracasado etcétera yo no lo veo así. Creo que han triunfado. Con PODEMOS comenzó el colectivismo y el populismo a infectar España y ¿ha disminuido la infección o ha aumentado? Ha aumentado, eso nadie lo podrá negar. El colectivismo, es cierto, ya tenía raíces en la frívola y culogorda sociedad española, pero con PODEMOS ha devenido chusma organizada, anti capitalista y anti democrática. También es cierto que los separatismos antiespañoles vasco y catalán han contribuido decisivamente a la situación actual en la que el Gobierno y la Constitución son cada día más incapaces de garantizar la igualdad entre españoles. Al menos una autonomía se encuentra en franca rebelión y desde hace años se salta las leyes y gobierna contra los españoles libres e iguales. Otra ha conseguido legalizar a un partido etarra, reivindicar a ETA, e implementar un golpe de estado a cámara lenta contra España que va de éxito en éxito.

Veamos la más reciente pústula de la infección colectivista: la revuelta de los taxistas. Ojo a las maneras tribales y a la violencia física y social que se les permite en nombre del sagrado colectivismo. Ojo a su carácter reaccionario y anti moderno. Ojo a su desprecio por las normas civilizadas y su adhesión a los métodos de la chusma colectivista. Ojo a las dos ciudades principales de España en manos de colectivos anticapitalistas y populistas y colectivistas. Ojo al Gobierno de España, rehén de taxistas hoy y rehén de los separatistas antiespañoles siempre. Ojo al retroceso de las élites democráticas (valedores del individuo), denigradas por las élites colectivistas.

PODEMOS no ha fracasado, la infección populista y colectivista que trajeron se ha extendido e infectado el tejido social español. Verdad es, hay que decirlo, que tras cuarenta años de abandono y traición de los políticos al ideal de libertad e igualdad de los españoles, ese tejido social clamaba por la infección.

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