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Domingo, 25 de noviembre de 2018

Sin Bartolo Tres Patas no hay castrismo. Según mis investigaciones, desde el mismo inicio de la Revolución los Castro advirtieron el papel crucial que podía desempeñar Bartolo en el campo diplomático, como se dice. Sin Bartolo Tres Patas el castrismo no hubiera durado nada. Los éxitos de Bartolo son decisivos. Piensen en aquello del Papa Juan Pablo II que tanto hizo y sigue haciendo por el castrismo… que “el mundo se abra a Cuba”. Más claro no puede estar. ¿Alguien cree verdaderamente que la política española hacia Cuba sería la misma si en Cuba no hubieran negros bien dotados?

Los mayores triunfos de la diplomacia bartólica se deben a entollamientos de senadores y congresistas norteamericanos, mandatarios europeos, españoles sobre todo (lo de Fraga y Bartolo por ejemplo merece emanación aparte). Esos empalamientos han sido fundamentales para la permanencia de la Revolución. Bartolo, además, ha sido crucial en el frente intelectual nacional y extranjero. Mencionaré a unos pocos entollados: Norberto Fuentes, Miguel Barnet, García Márquez, Rafael Alberti (que se volvió marinerito después de su encuentro con Bartolo) Cortázar, Sartre (que llegó a querer casar a Simone de Beauvoir con Bartolo para llevárselo a Francia, un plan que de inmediato frustró Raúl Castro, por motivos obvios) y la práctica totalidad del llamado boom latinoamericano para no hablar de Benedetti, Galeano o Ernesto Cardenal que deben toda su inspiración al empuje de Bartolo.

Bartolo Tres Patas es el gran personaje de la Revolución. Yo lo he pintado varias veces, por cierto. Pero lo que quería desde aquí es exhortar a nuestros intelectuales y artistas y en especial a nuestros ensayistas e historiadores a ocuparse de este personaje que tan importante ha sido y es para la Historia de Cuba.

Vamos, no sean vagos.

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© Juan Abreu, 2006-2019