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Lunes, 1 de octubre de 2018

Me levanto y en Barcelona, España, el presidente de la Generalitat (para mis lectores fuera de España un presidente de la Generalitat viene a ser como un gobernador de provincia) llama a la rebelión contra España. La chusma chavista fidelista independentista y catalana a la que se dirige, y a la que exhorta a la rebelión, corta a estas horas carreteras, servicio de trenes y asalta edificios gubernamentales para retirar la bandera de España y poner en su lugar una especie de bandera cubana ¡cubana!, que es la de su movimiento golpista y fidelista y chavista y catalán. En cualquier país del mundo ya el Gobierno hubiera movilizado a la Guardia Nacional (o equivalente) para sofocar la rebelión, y ordenado a la policía y si fuera necesario al ejército salvaguardar el orden la integridad y la libertad de los ciudadanos libres e iguales en la provincia rebelde. No en España. España ya no es un país, España es una finca en la que campa a sus anchas un puterío político cobarde envilecido y desnortado.

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© Juan Abreu, 2006-2019