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Jueves, 13 de septiembre de 2018

Uno no gana para sustos (que decía mi madre). Hoy, temprano, el amigo Hernández Bustos me manda una fotografía de Marylin Bobes, una escritorzuela cubana. ¡Antes de desayunar! Sufrí un vahído. Yo pensaba que esos niveles de asimetría y bulbosidad facial papuja y un tanto siniestra sólo estaban al alcance de las mujeres abertzales, que son como se sabe las mujeres más feas del mundo. Pero. Después de ver la cara (es un decir) de Bobes las mujeres abertzales han pasado a un distante segundo lugar. Si hacen una nueva versión de El retrato de Dorian Gray, propongo que para la escena final en la que se ve a Gray en el cuadro completamente física y moralmente envilecido, usen un retrato de Marylin Bobes.

Bobes acaba de ser fichada por la Agencia de Carmen Balcells, como es natural dadas las querencias castristas de los Balcells (madre y ahora hijo). Y. Como sé que en sus oficinas colocan retratos de los autores de la agencia, sugiero, que si ponen allí un retrato de Bobes, lo mantengan cubierto como hacían en una novela de Reinaldo con el retrato de Fernando VII porque tan espeluznantes eran los rasgos de aquel retrato (y por lo mismo copia fiel del original) que toda persona que hasta la fecha lo hubiese visto había caído muerta al instante. Es mejor precaver que tener que lamentar (que decía, también, mi madre).

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© Juan Abreu, 2006-2019