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Jueves, 6 de septiembre de 2018

Me entero de que en la India ya no es un crimen ser homosexual. Formidable. Cada cual que haga con su culo lo que le plazca. Esa es una de las razones por las que no soporto a la Iglesia Católica que parece levantarse sobre el interés por fiscalizar lo que hace la gente con el culo. Ellos, ay, tan aficionados a los culitos infantiles. Lo de la India me hizo recordar mi viaje a la India (oh Forster) y cómo todo el tiempo que estuve allí se elevaba mi deuda con la justicia india: el sexo anal estaba castigado con diez años de prisión, me informaron. No la homosexualidad, que también, el sexo anal. Y a mí no sé por qué, creo que fue el picante toda la comida era muy picante, me dio por el sexo anal durante mi estancia en la India. También me dio por hacer bikaners, que nos lo inventamos allí en un fastuoso hotel en la ciudad de Bikaner. Si hubiera justicia en este planeta esa ciudad erigiría un monumento en nuestro honor. Pero lo que quería decir es que hoy me levanté algo tristón y la noticia de que los culos vuelven a ser libres en la India me ha animado bastante, y me ha devuelto un tanto las ganas de vivir.

Cortesías

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