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Martes, 17 de julio de 2018

Hace unos días dije algo de la novela en la que trabajo y dije que su título sería Violo a domicilio. Un título que, reconozco, me gustaba. Por joder, básicamente. Pero. A medida que escribo me doy cuenta de que el libro no trata en verdad de una oferta de violación a domicilio. La oferta de violación a domicilio no es su vórtice, digamos. Su vórtice (me encanta esa palabra, sobre todo por lo que tiene de vorágine) es la relación entre los dos protagonistas principales. El libro es una historia de amor. Y se llamará Mo y yo. Y ese yo no es porque el yo del título y del libro sea yo (cualquier cosa que yo sea) aunque también, claro. La historia está narrada en primera persona y el personaje femenino se llama Mo (no de Mónica, de Moira) y de ahí lo de Mo y yo. Es un libro sobre la libertad como todos mis libros y como a la libertad personal (otra no hay) sólo se llega a través de la libertad sexual, hay mucho sexo yo diría que el libro está escrito desde un punto de vista genital, que es, como se sabe, la manera en que creo que ha de verse la vida.

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© Juan Abreu, 2006-2019