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Viernes, 18 de mayo de 2018

Y hablando de la obra maestra que me deben los escritores catalanes y hablando de escritores menores catalanes, véase Montalbán, lo que dice del pan con tomate: “un prodigio de koiné cultural que materializa el encuentro entre la cultura del trigo europea, la del tomate americana, el aceite de oliva mediterráneo y la sal, esa sal de la tierra que consagró la cultura cristiana. Y resulta que este prodigio alimentario se les ocurrió a los catalanes hace poco más de dos siglos, pero con tanta conciencia de hallazgo que lo han convertido en una seña de identidad equivalente a la lengua o a la leche materna” (…) mientras “los charnegos, los inmigrantes catalanizados, adoptamos el pan con tomate como una ambrosía que nos permite la integración”.

Ojo a lo de la leche materna.

A eso llamo yo farfullar como un chimpancé perdonavidas tribal y folklórico y a eso llamo cháchara de literato con ínfulas.

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© Juan Abreu, 2006-2019