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Sábado, 24 de marzo de 2018

Llueve sin parar pero el día comienza bien con la entrevista de Espada. Camps y el buen tío, en unos días pondré aquí otra nota sobre el asunto. El silencio de El País y su rebaño lo merecen ¡arriba Jabois, arriba Grandes no se corten, digan algo, cualquier cosa! Y el silencio de Javier169PortadasMoreno. Impresionante. La entrevista es tan buena que hasta encuentro en ella la cita (junto a una de Léautaud) para el primer volumen de mis Emanaciones, en preparación.

Bajo la lluvia, voy al mercado que mañana vienen amigos a cocinar. Todo el trayecto voy cagándome en el funcionario o político al que se le ocurrió poner resaltos o como se llamen para obligarnos a reducir la velocidad. Si seguimos cediendo terreno al Estado este terminará por obligarnos a mamar a la hora que el Estado disponga: la naturaleza del Estado es ocupar todo el espacio posible de la vida de los ciudadanos y reglamentarlo. Hay un resalto cada cincuenta metros camino del mercado y voy cagándome en su inventor y en su puta madre todo el tiempo hasta que llego al mercado. La lluvia ahora se ha puesto fina y transparente y me recuerda el vino mejorado. Qué bien me vendría un día como hoy un poco de vino mejorado, pienso. Y cuando regreso a casa me siento a escribir esto pero enseguida me llaman a comer ¡mandonguilles!, y tengo que dejarlo.

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© Juan Abreu, 2006-2019