3484

Lunes, 22 de enero de 2018

Veo The Post y más que ver una película me parece visitar un museo dedicado a tiempos menos moralmente empobrecidos. Nunca deja de asombrarme que Nixon fuera forzado a renunciar a la presidencia de USA por mentir. ¿Para los ciudadanos en aquellos tiempos no tan lejanos era inaceptable que un presidente, que un político mintiera? Parece que sí. Y. Como los presidentes y políticos en general hoy mienten sistemáticamente y a todos nos parece normal, qué conclusión sacar. ¿Se ha envilecido el ciudadano la sociedad la prensa han descendido tanto los estándares éticos? Parece que sí.

Pero. Volviendo a The Post, esa mujer Graham su conducta moral como la emanación de una cultura, no como producto de un entrenamiento intelectual, eso es lo más impresionante: y la belleza, claro, de su burgués temblor y el épico dejar de ser florero para convertirse en ejemplo cívico de una nación y en adalid de la libertad y de la independencia de la prensa de su país.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019