3449

Lunes, 18 de diciembre de 2017

Yo siempre he tenido muchos amigos maricones. Maricón es un palabra que me gusta. Lo digo por lo de uno que le dijo maricón (de forma muy enrevesada) a Iceta, político nacionalista catalán, y el lío que se ha armado. Pero. Deberíamos dejar de ofendernos si nos dicen maricón. Creo que ahí está la clave del asunto. Las actividades del culo no tienen connotaciones morales. Eso es una estupidez. Nadie es más decente ni más digno de confianza amistad o lo que sea que otro, por lo que haga o deje de hacer ese otro con su culo. El sexo, siempre y cuando se cumpla la Ley Universal Sexual (todos adultos y todos de acuerdo) es amoral. Hágase lo que se haga. No hay moralidad en ninguna actividad sexual. Cuántas veces tengo que decirlo.

La sociedad española se está convirtiendo en una especie de circo catolicón-stalinista, que es la combinación más siniestra posible. Eso del delito de odio por ejemplo es propio de gente totalitaria, infantilizada, cobarde, paternalista, hipócrita e imbécil. A ver si lo entienden, ser políticamente correcto es una manera glamorosa de ser nazi.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019