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Sábado, 16 de diciembre de 2017

Kafka folla por primera vez. Mucho más tarde le escribe a Milena Jesenská sobre esta experiencia pero ya lo que escribe está muy literariamente estilizado y es difícil saber si queda algo real en lo que dice. Sin embargo, es significativo que se refiera a una cierta repugnancia y a una cierta obscenidad e incluso suciedad en la naturaleza de lo ocurrido, lo que entronca perfectamente con una ansiedad por lo pulido y desinfectado, que descubro a veces, en muchos hombres de talento ya sea literario o de otro tipo. Y que se aprecia, o al menos yo aprecio, en la prosa de Kafka. Todos los talentos no, pero hay un tipo de talento que se caracteriza creo por esta necesidad antiséptica y pulimentada que siempre me ha resultado interesante, pero que nada tiene que ver con mi naturaleza.

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© Juan Abreu, 2006-2019