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Martes, 12 de diciembre de 2017

Sigo con Kafka y en la periferia del futuro escritor (tiene ahora diecisiete años) se matan algunos muchachos (por miedo a no superar exámenes escolares) y hasta un primo se mata porque no lo declaran apto para la carrera militar. La gente siempre se ha matado pero parece que en aquella época lo hacían con mayor facilidad. Kafka se va a un balneario con el tío Siegfried qué tiempos aquellos de los balnearios, voy pensando, aunque el lugar está junto al mar del Norte ¿y quién se mete en el agua en un mar así? Va a una isla donde los judíos son bienvenidos no lo eran en muchos sitios vacacionales. Había un lugar en especial Borkum donde la orquesta del balneario “tocaba después de cada concierto – ¡durante décadas! – la tristemente famosa Canción de Borkum que el público siempre coreaba: Borkum, el más hermoso adorno del mar del Norte sigue limpio de judíos…”. Kafka por primera vez nadó en el mar (si a esa cosa helada se le puede llamar mar) una actividad muy reglamentada, me entero, había una zona vedada de ¡quinientos metros! que rodeaba la playa de señoras. ¡Quinientos metros! Y estaba además prohibido el baño en común de matrimonios. Leo estas cosas y voy comprendiendo mejor por qué Kafka terminó siendo Kafka, naturalmente.

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© Juan Abreu, 2006-2019