3393

23 de octubre de 2017

Las mentiras son muy importantes, y en política pueden ser fundacionales. Se funda el horror y la injusticia sobre ellas generalmente, es verdad, pero se funda. Por citar un caso conocido, los 20.000 muertos de Batista, una absoluta falsedad sobre la que se levantó en gran parte el atractivo mito del fidelismo triunfante y de la Revolución justiciera. Hablo de esto porque no dejo de oír aquí mentiras con gran potencial fundacional. Por ejemplo, la comúnmente aceptada mentira de los ciudadanos catalanes. No existen los ciudadanos catalanes. Pero ya es casi inútil decirlo. Y está la otra gran mentira de que Cataluña es un país. Cataluña no es un país y nunca lo ha sido. Sin embargo estas dos mentiras, peligrosísimas, por el potencial fundacional que tienen para el nacionalismo catalán, son aceptadas por periodistas, políticos, intelectuales y gente por el estilo con la mayor tranquilidad y dándoles al aceptarlas categoría de verdad respetable. No sé por qué lo hacen pero me parece una enorme insensatez y una insensatez suicida, además.


Y. Este proyecto. Para el que les pido colaboración desde aquí. Conozco a algunas de las personas involucradas y les aseguro que merecen cualquier apoyo que podamos darles. Gracias.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019