3236

Soy un hombre muy creativo y con un cerebro (dos, en verdad) formidable y un hombre para el que la furia es una especie de alimento y de fuente de ideas magníficas, como se sabe. Y leyendo el libro de Mao vean la maravilla que se me ha ocurrido. Propongo (y echen a sus hombros por favor amables lectores como yo sobre los míos el peso de esta cruzada moral) propinar una contundente bofetada a todo aquel que haya sido maoísta en su juventud (o que lo siga siendo). No hablo de una bofetada de esas rompe caras sino de una de esas bofetadas cargadas de indignación moral (dicho un poco literariamente) que solían verse en las películas norteamericanas de los años cincuenta. ¡Pam! Voy leyendo el libro de Mao y a cada párrafo me convenzo más y más de lo justa que sería esta propuesta abofeteadora porque sin esa bofetada todo, y con todo quiero decir toda la infamia mamalona y mamaloneril de apoyar al asesino de millones de seres humanos, quedaría como una gracieta.

Y no es una gracieta.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019