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Un asesino religioso de Alá ha matado a varias personas en Londres. Es un crimen religioso y es un crimen de Alá si el musulmán ese no hubiera creído en la historieta de Alá volando en el caballo y en las huríes y en todas las demás sandeces del islam los muertos estarían vivos nadie medianamente decente puede negar eso. Pero. Es inútil buscar, en la prensa española al menos, la palabra musulmán relacionada a los crímenes de Londres y mucho menos la palabra religión. Hay que ver los malabarismos que hacen para no decir musulmán o religión. Ya el asesino musulmán y religioso ¡es británico! como si eso importara. El problema es precisamente que son musulmanes y primero musulmanes antes que británicos, españoles, belgas, franceses o lo que sean vivan donde vivan y tengan la nacionalidad que tengan o hayan nacido donde hayan nacido son musulmanes y del país de Alá. Primero. Y nosotros no somos musulmanes. Y no creemos en las imbecilidades del Corán en las que ellos creen. Lo que nos convierte en infieles. Por eso nos matan.

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