3036

Llegan las galeradas de mi libro de memorias, Debajo de la mesa, y esa preciosa impresión de que el suelo se hace un poco más firme bajo mis pies. Un poco más allá todo continúa parejamente gelatinoso y fugaz pero no bajo mis pies firme bajo mis pies. Y aún mejora la cosa pues a medida que leo mi libro me invade la mejor sensación posible: la de no haber escrito mi libro. Pero qué bueno esto, no puedo haberlo escrito yo, pienso.

Y pienso además como puedes ver madre mía no han podido con nosotros y este pensamiento hace que me sienta limpio y triunfal.


Cortesías

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019