2205

Soñé que declaraba en una especie de tribunal o tal vez fuera una simple reunión de amigos y citaban a Platón el Fedón, o la inmortalidad del alma y textos por el estilo y todo aquello me parecía ridículo, cosa que me alarmó. Si te parece ridícula de pronto toda la cultura occidental anclada en la mortalidad del hombre y en el supuesto misterio de la muerte (y la correspondiente esperanza), es para alarmarse. Fundamentalmente porque a más lucidez más dolor, como se sabe.

Yo sostenía en el sueño que no es posible la duda a la luz de la ciencia que lo que somos y lo que nos espera individualmente (la especie es otro asunto) está muy claro y eso hace la intemperie aún mayor pero qué se le va a hacer: nuestro verdadero y en verdad único compromiso es con la verdad. Ese era en resumen mi argumento.

Y cuando desperté el sol bañaba como se dice las hojas ya amarillas de los árboles y pensé: ha llegado el otoño.

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