Juan Abreu
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Hacía mucho tiempo que no pasaba tres horas tan reconfortantes. Este mono al que le creció el cerebro y que pertenece como se sabe a una especie que al principio vivía en los árboles y comía carroña y moría de casi cualquier cosa. Y ver en lo que nos hemos convertido.
National Gallery no es un documental, es una lección de anatomía. El gran museo londinense se convierte en un cuerpo y por dentro de ese cuerpo nos lleva Wiseman a un ritmo ceremonioso y festivo. Celebrémonos, nos dice. He aquí los motivos.
Por esto luchamos, por esto seguimos adelante me decía yo allí hipnotizado deseando que el documental fuera la vida y se prolongara años. Y sentía el orgullo de pertenecer a la especie que inventó el Arte y que inventó la Civilización. Y ese orgullo colmaba mi corazón.
