2031

Miami (9)

Qué queda de aquel Miami de mi llegada en 1980. Naturalmente, nada. Uno dice la vida y alimenta la ilusión de que es un flujo ordenado y estable e incluso alimenta la ilusión de que hay una historia pero la vida es un fulgor que sin pausa se disipa sin más. Se disipa y nuestro cerebro fabrica versiones siempre inexactas, construcciones pinturas químicas pero el fulgor que es la vida se ha ido sin remedio; esa ilusión organizada por nuestro cerebro es necesaria lo admito, evolutivamente hablando, ¿quién podría sin enloquecer existir en un fulgor centelleante que se devora incansable a sí mismo?

Volveré a los retratos, lo he comprendido aquí, y terminaré es muy probable pintando el gran retrato de mi madre de aquella historia de cruel venganza que escribí hace años.

Es decir que seguiré tejiendo la vana historia de lo que he sido y todavía soy en el absurdo fulgor.

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© Juan Abreu, 2006-2019