1983

Anoche, un líder que asciende una tela grande de un metro por dos. Entre montañas y sosteniendo en alto un tanque y abajo una franja del verdor de la tierra. Y detrás de las montañas verde carrusel rosa vaginal y blanco de tendón licuado.

Afuera el agua humea y una capa de escarcha crujiente funde el jardín. El olivo se ha detenido como suele a estas alturas del año y es bueno estar dentro calentito si algo nunca pierdo de vista es que en la Naturaleza toda belleza es una trampa mortal.

Y aún más tarde, muy cerrada la noche, boceto aún otro líder esta vez muerto y enterrado para pintarlo en una tela ya usada que no me gusta y además dibujo una escena muy bucólica para un cuadro de cien por cien centímetros donde el Comandante en Jefe y el Guerrillero Heroico flotan en la espesura del bosque y cordillera al fondo y se la chupan uno al otro que es la manera en que el Comandante en Jefe y el Guerrillero Heroico alcanzan su razón de ser y su definición mejor.

Este cuadro advierto desde ya que no será vendido será donado al Museo Nacional de Cuba para que allí colocado haga las delicias de futuras generaciones.

Soy un hombre generoso. ¿No?

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© Juan Abreu, 2006-2019