1978

Israel (10)

Salgo de Jerusalén completamente harto de lo de Dios y harto de piedras y cagadas de camello santas y de reliquias y de rezos y harto de sombreros espantosos y de cortes de pelo espeluznantes y harto de pensamiento mágico obstinado en suplantar y anular la realidad.

Si un ser humano no se da cuenta de que ningún Dios de los que imagina puede compararse siquiera remotamente en poder o belleza con un iPhone, es que está irremediablemente perdido.

Llego a Tel Aviv. Y. ¡Albricias! Tel Aviv es como un soplo de aire fresco según el lugar común pero lo más importante es un vigoroso latir de civilización y progreso. Qué ciudad y no sólo una ciudad hermosa y moderna sino una ciudad que mira hacia el futuro y por lo que veo bastante limpia de la mugre de Dios que aplasta Jerusalén.

La bella línea de la costa con sus amplias y blancas playas y sus rascacielos refulgentes me recuerdan Miami. Una Miami rodeada de oscurantismo y de enemigos siniestros pero una Miami a fin de cuentas.

Y mientras recorro los salones del Museo de Arte Moderno pienso en que la batalla por el futuro de la democracia israelí es en gran medida una batalla entre el Israel rendido al pensamiento mágico y este Israel de la razón de la ciencia del laicismo y de la civilización que representa Tel Aviv.

Que la luz de la razón sea contigo Israel.

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© Juan Abreu, 2006-2019